El nuevo material está compuesto por cintas entrelazadas de nanotubos que se expanden al aplicarles una carga eléctrica y vuelven a su posición original en milisegundos cuando dejan de recibir electricidad.
Además, este nuevo material es "más resistente que el acero y el diamante" y soporta inalterable unas temperaturas extremas de -196 y 1.539 grados centígrados, lo que permitiría a los robots actuar en los entornos más hostiles que pueda imaginar uno.
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